Primera carta

Annie llevaba ya un par de semanas en Hogwarts y aun no le había mandado ninguna carta a su abuela Madeline, por lo que seguramente debía de estar como mínimo molesta. Ese día se había levantado temprano, había cogido un pergamino, pluma y tinta y se había dirigido hacia la lechucería. A Annie no le gustaba escribir las cartas en la Sala Común cuando todo el mundo estaba allí, riendo, jugando al ajedrez mágico y haciendo mucho ruido. Se sentía agobiaba.

En cuanto su lechuza negra, Joe, la vió entrar por la puerta, bajó para posarse en mi hombro.
-Hey, tío- Le saludó acariciandole por debajo del pico -Te he traido una cosilla.-Sacó del bolsillo unas galletas que le habían sobrado de cuando compro chucherías en el Expreso del colegio.-¿Dispuesto a ir a ver a Madeline y a Agnes?

Joe le picoteo la oreja cariñosamente, para dar a entender que habia entendido lo que le había dicho, y luego se fue a su sitio a comerse las galletas tranqulo. Annie se senté al lado de la puerta, porque es la zona mas libre de excrementos, y se dispuse a escribir.



Enrrolló el pergamino y llamó a Joe con un silbido.

-Escalón. Escalón. Escalón.

Subía a pata coja, alternando de pie, las escaleras que llevaban a la torre de la lechucería, con los brazos puestos en cruz e intentando mantener un equilibrio peligroso, sobretodo porque no iba a aparecer nadie escaleras abajo para salvarla en el caso de que diese un paso en falso y rodase tooda la torre hacia abajo, ya que era bastante temprano por la mañana. Canturreaba. La verdad era que le daba igual. Si se caía ya la encontrarían tarde o temprano y la llevarían a la enfermería, tampoco le importaba demasiado lo que le pasase.

-¡Y vuelta a empezar!- dijo cuando hubo llegado a cincuenta.

Se había levantado bien temprano esa mañana para enviarle la primera carta a Red, que ya debía de estar esperándola, histérico y ansioso por no haber tenido noticias suyas en esas dos semanas. La repasó mentalmente. Le había hablado del viaje, de la llegada, de cómo estaba siendo el curso, y sobre todo, sobre todo, de Damon y Katherin. Sonrió al recordar a los dos hermanos y soltó una risilla, sabiendo que su padre se alegraría de saber que había conseguido hacer dos amigos en menos de dos semanas... ¡y a principios de curso! También había escrito una para Steven y otra para Mónica, pero iban en el mismo sobre grande que llevaba en el bolso de clase.

Estiró los brazos al llegar arriba y aspiró, tosiendo un poco por el hedor que desprendía el sitio por culpa de las lechuzas y sus excrementos, y dio un par de pasos, descubriendo que había una persona sentada en el suelo, enrrollando un pergamino y dando un silbido. Se fijó en que una bonita lechuza volaba hacia ella. Sonrió. Catrina no tenía lechuza pero porque no quería, ya que Red le había prometido uno de los gatitos de la siguiente camada de Louie, así que no quería otra mascota porque prefería al minino cuando naciese.

-Buenos días- saludó, cortés, como siempre, adentrándose en el sitio- Veo que no soy la única madrugadora del castillo para enviar una carta- se acercó a las lechuzas y se encaprichó de una grande y bonita de color pardo- Esta vendrá bien- murmuró, llamándola y sacando la enorme carta. Dejó que le diese un picotazo cariñoso en el dedo y le susurró el destinatario, pasándole la mano por encima del plumaje y dejándola salir volando- Me llamo Catrina Lowe. Sé que te conozco. Estás en Gryffindor, ¿verdad? En 5º, pero no recuerdo tu nombre. ¿Eras?

-Buenos días. Veo que no soy la única madrugadora del castillo para enviar una carta.

Annie dió un respingo cuando escuchó la voz. Tenía que estar muy concentrada para no haber escuchado los pasos. La saludó con un movimiento de cabeza y se puso de pie, sacudiendose los vaqueros. Estaba más comodoa vistiendo ropa muggle que las túnicas, por lo que los días que no había clases vestía normal.

Vio como la chica se acercaba a una lechiza y la llamaba para que mandara su carta.
-Me llamo Catrina Lowe. Sé que te conzco. Estás en Gryffindor, ¿verdad? En 5º, pero no recuerdo tu nombre. ¿Eras?
-Annie Foley. Compartimos clase de herbología, creo. Eres de Huffelpuff, ¿no?

Joe bajó en ese instante y se posó en su hombro. Annie se distrajo de la chica y le ató la carta a la pata.
-Llévasela a Madeline lo más rápido que puedas, o la tendré aquí investignado si me he muerto y me han enterrado bajo el sauce boxeador.
La sacó por la ventana y la observó alejarse.

La chica seguía allí. Annie se fijo en el tatuaje tras su oreja, y comentó por decir algo
-Bonito tatuaje. ¿Del señor de los anillos?

Así que Annie Foley. Sí, le sonaba bastante, y si tal como le había dicho coincidían en Herbología, entonces era normal que le fuesen conocidos tanto el nombre como el rostro. De modo que asintió con la cabeza, sonriente, mientras la chica llamaba a la que debía de ser su lechuza para entregarle una carta a llevar. La sacó por la ventana y ambas la observaron alejarse, aleteando entre las primeras nubes de la mañana. Su voz la trajo de vuelta al mundo.

-Bonito tatuaje. ¿Del señor de los anillos?

Se tocó inconscientemente detrás de la oreja. Generalmente llevaba cubierta esa zona con la melena, pero se había hecho un moño bastante apurado aquella mañana también, así que tenía la piel al aire y por consiguiente el tatuaje también. Sonrió y asintió con la cabeza.

-De la película, porque antes de esta no se me habría ocurrido con esta forma. Es el colgante que Arwen le da a Aragorn en esos alardes de cursilería que pueblan la peli con respecto a esta pareja. Sinceramente prefiero la otra- suspiró- pero no puedo negar que el colgante es bonito, así que- sonrió, mirando de nuevo a través de la ventana- Hace una buena mañana, así que las lechuzas no creo que tarden mucho en llegar a sus destinos- se dirigió hacia la puerta- ¿Te importa si nos quedamos allí? Es que el olor me está mareando un poco- le comentó, sentándose en la entrada y aspirando el aire que le llegaba por la torre- Por eso prefiero los gatos- susurró- Son más limpios y huelen bastante menos...

-De la película, porque antes de esta no se me habría ocurrido con esta forma. Es el colgante que Arwen le da a Aragorn en esos alardes de cursilería que pueblan la peli con respecto a esta pareja. Sinceramente prefiero la otra pero no puedo negar que el colgante es bonito, así que...
-¿Cual otra pareja? ¿Gollum y el anillo? Sí, era la más bonita. Se notaba el amor verdadero...- Dijo de broma.

Se sentó junto a ella cuando le indicó que el olor la mareaba. Annie se encogio de hombros. Tenía aun tiempo de sobra para practicar todo el día capoeira
-Por eso prefiero los gatos- La escuchó susurrar. -Son más limpios y huelen bastante menos.
-Pero son más ariscos. Y las lechuzas son más útiles. En mi casa teníamos a Agnes, pero mi abuela trabaja como editora en el Profeta y la usa mucho, así que me regaló a Joe.- Después de un momento de silencio añadió -¿Así que te gusta el cine o es que eres una friki?

Parpadeó ante la respuesta de Annie sobre su mencionada "otra pareja". ¿Gollum y el anillo? No pudo reprimir una carcajada. Aquella chica también iba a resultar bastante divertida; era la segunda persona en aquel comienzo del año que conseguía sorprenderla cuando llevaban escasos minutos de conversación. Negó con la cabeza mientras se reía y se masajeó el puente de la nariz.

Le habló de su abuela, editora de El Profeta, y de sus lechuzas, y el motivo por el que le habían comprado la que acababa de mandar. Desde luego eran más útiles, pero ella prefería quitarse pelos del uniforme antes que excrementos de pájaro, que desde luego, olían mucho peor. Sin embargo, no lo dijo en voz alta. Se hicieron unos segundos de silencio hasta la siguiente pregunta de Annie.

-¿Así que te gusta el cine o es que eres una friki?

Parpadeó y sonrió, acercando su mano al calcetín que llevaba puesto y lo bajó, mostrándole un pequeño tatuaje junto al tobillo con un curioso símbolo.

-El símbolo que Leia Organa adopta como nuevo emblema para la Rebelión tras ser defendida por Starkiller. Si eso no responde a tu pregunta, te diré que sí, soy una friki. Bastante, me atrevería a decir- suspiró- con un padre al que no le importa hacerle tatuajes a su hija y que gasta toda su paga en merchandasing y libros. ¿Y a ti? ¿Eres friki o sólo te gusta el cine?- repuso con una sonrisa.

-El símbolo que Leia Organa adopta como nuevo emblema para la Rebelión tras ser defendida por Starkiller. Si eso no responde a tu pregunta, te diré que sí, soy una friki. Bastante, me atrevería a decir- suspiró- con un padre al que no le importa hacerle tatuajes a su hija y que gasta toda su paga en merchandasing y libros. ¿Y a ti? ¿Eres friki o sólo te gusta el cine?- repuso con una sonrisa.

Annie miró el tatuaje interesada mientras contestaba
-Ni lo uno ni lo otro. Me gusta el cine, como a cualquiera, igual que me gustan algunas cosas que son consideradas Frikis para los muggles. Me gusta leer comics, libros y ver series, igual que también me gusta el Quisquilloso. Aunque me abuela me mira mal por ello- Se rio -Pero lo que me gusta es el deporte. Y los tatuajes- Seguía mirando los de la Huffelpuff. -¿El tuyo es muggle, no? Mola mucho, aunque no se mueva. Lo que mola de los tatuajes mágicos es que cambian de posición cuando te aburres de verlo en un lado. Aunque yo prefieros los que se quedna fijos en un sitio, pero cambian de color según tu estado de ánimo.

Vaya, por fin alguien con quien poder compartir un mínimo de conocimientos frikis en aquellas instalaciones. A veces era un poco coñazo tener que esperar a que la lechuza de Red le llegase con las respuesta de sus amigos, o esperar a saber si las indicaciones que les había dado para un videojuego eran buenas o no. Se rió al saber que leía el Quisquilloso. Era un periódico bastante peculiar, y de vez en cuando también le echaba un ojo, a pesar de que no se creía nada de lo que venía en él, pero era divertido y bueno para echar el rato.

-Pero lo que me gusta es el deporte. Y los tatuajes. ¿El tuyo es muggle, no? Mola mucho, aunque no se mueva. Lo que mola de los tatuajes mágicos es que cambian de posición cuando te aburres de verlo en un lado. Aunque yo prefieros los que se quedna fijos en un sitio, pero cambian de color según tu estado de ánimo.

Catrina sonrió y asintió con la cabeza.

-Sí, son muggle. Tengo otro más y aún quiero hacerme uno. Me los hizo mi padre y él es muggle- alzó los hombros- no sé, todos los que me he hecho y me voy a hacer van a correr a su cargo, que para algo sabe. Aunque no te niego que estaría muy guay un tatuaje de esos que has dicho. Pero prefiero tenerlos fijos y de un sólo color- rió- complejo de camaleón no, gracias. Oye... ¿y qué clase de comics lees?- preguntó, curiosa.

Annie empezaba a sorprenderse porqué esa chica le estaba resultando... maja. Sí, esa era la palabra. Era raro que alguién con quien hablaba la primera vez le pareciera majo. Generalmente, la gente cuando conoce a otras personas hablan con educación y decoro, no mostrandose como son realmente. Acatando unas normas sociales que a Annie, particularmente, le parecían estúpidas, porque la gente actuaba como si tuvieran una máscara o un palo metido por el culo.

Pero se daba cuenta de que Catrina no. Era natural, en el sentido más amplio de la palabra. Educada y amable, sí, pero ante todo no se retenía por nada. Se notaba en su relajado lenguaje corporal. Annie, que generalmente no hablaba mucho con la gente, aunque tenía conocidos y compañeros con los que se llevaba bien, nunca había sentido desde el principio esa naturalidad. Más bien había conseguido congeniar con ellos con el paso del tiempo y el roce.
Ademas, había aprendido, entre las peleas y la capoeria, a leer el lenguaje corporal.

La escuchó hablar de su padre, de como le había aconsejado para las tatuajes (Ese hombre molaba. Ojalá Madeline le dejará hacerse algún tatuaje.) hasta que preguntó, curiosa.
-Oye... ¿y qué clase de comics lees?
-Pues comics mágicos, pocos la verdad. Molan mucho, como se mueven y tal, pero hay muy pocos magos que se dediquen a eso y hay pocas historias buenas. Me gustán los comics müggles, sobre todo X-men y Batman. Pero no soporto los Cuatro Fantasticos ni Superman, tan perfectos y americanizados. También he leido Watchmen, V de Vendetta, el Cuervo y Sin City. Ya sabes, ver las películas hace que te pique la curiosidad.

Sentía a Annie relajada a su lado, cuando al principio había parecido algo tensa, y eso la hizo sonreír levemente, si bien fue de forma inconsciente. Desde que había empezado a tener trato con los Agger se había encontrado a sí misma rebuscando entre la gente alguna cualidad que le pareciese interesante y le permitiese acercarse a ellos, pero casi nunca daba con nada que fuese destacable. Sin embargo, esta chica parecía compartir la sinceridad de Damon, coronada con una impetuosidad que aún no le había mostrado del todo, pero que casi podía palpar por la forma en la que se comportaba.

Leía comics mágicos. Bueno, ella había sido siempre de comics muggles por todo eso de que su primer contacto con la magia había sido tardío, según le habían dicho, y para aquel entonces, las cosas normales le gustaban demasiado como para salirse de su rutina. Pero le alegraba conocer los nombres que le siguieron, por esos sí que le gustaban, aunque debía de reconocer que le iba más la animación japonesa que la americana, sin embargo, no le hacía feos a ningún clásico.

-Yo soy de Marvel, particularmente de Spiderman. X-Men mola bastante, y los Cuatro Fantásticos no es algo que me quite el sueño. Pero al super hombre de América no lo trago tampoco yo. Al señor Peter Parker le quedan mejor el rojo y las mayas azules. Y la verdad es que tengo que pensármelo muy mucho para hacer lo que tú, porque la decepción te la llevas. De los que has dicho sólo he léido V, y la peli no dejó de gustarme porque, independientemente del cómic, era bastante buena. El resto me da miedo cogerlo. También he leído los comics de Star Wars- rió- aunque yo soy más de manga, ya sabes, cómic japonés. Me fascinan tanto su imaginación como su forma de dibujar. ¿Has leído alguno? Porque podría aconsejarte, e incluso dejarte alguno, si quieres. Aunque sea por probar, que siempre es divertido toparte con cosas nuevas.

Era la primera vez que ofrecía algo tan preciado para ella como sus tomos, pero estaba segura de que Annie tendría un cuidado horrible con ellos y que, si de verdad quería, iba a aceptar la oferta. Y le emocionaba mucho encontrar gente afín a ella, como le había pasado con Katherin días antes.

Annie se sintió increiblemente sorprendida ante la oferta de la chica. Por lo que sabía de lo que los müggles denominaban "Frikis" (que era más bien poco, porque en su barrio no había conocido a ninguno) eran muy suyos con sus gustos y sus cosas. Y Catrina en cambio parecía tranquila por prestarle algo que, claramente, le gustaba y apreciaba.

O una de dos, se fiaba de ella y de que trataría sus tomos con cuidado (cosa cierta, porque Annie había aprendido a tener cuidado con cosas ajenas cuando Madeline la castigó un mes sin salir por romper una de sus figuras de porcelana) o le caia lo suficientemente bien como para querer comaprtir algo con ella.

La posibilidad de que fueran ambas cosas se le hizo increiblemente extraña. Ella no solía caer demasiado bien, porque siempre aparentaba ser bastante hosca.
-Oh, bueno...- Balbuceó por la sorpresa -No sé nada de comics japoneses, escepto lo que sale por la tele en reportajes y tal de no sé que Salones tal. No soy lo que se dice friki, sólo que me gustan algunas cosas que la gente considera friki. Pero si tú dices que son buenos, me gustará leerlos seguro. Los cuidare bien- Añadió, para recalcarlo -Yo no tengo nada que prestarte que pueda gustarte... Tengo un par de novelas de terror aquí, en Hogwarts, para pasar el rato entre tranto trabajo, y algunos DVD en mi casa. Es genial tener aparatos müggles en casa, cuando vienen amigos de mi abuela se quedan asombrados con la tele... Pero yo soy más de hobbies al aire libre y tal... Hago capoeria, ¿sabes? Y juego al quiddicht a veces con algunos compañeros, cuando el campo no está pillado por los equipos que entrenan

Catrina de verdad que le estaba cayendo muy bien.

Escuchó la respuesta de Annie con verdadero placer, alegrándose al saber que estaba dispuesta a dejarse "intoxicar" por las influencias de su mundillo particular, en el que no todo el mundo estaba dispuesto a entrar. Soltó una risilla cuando corroboró que cuidaría bien sus comics. Otro punto más para Annie. Le parecía -curiosamente- una persona tremendamente leal, y eso le gustaba.

-Yo no tengo nada que prestarte que pueda gustarte... Tengo un par de novelas de terror aquí, en Hogwarts, para pasar el rato entre tranto trabajo, y algunos DVD en mi casa. Es genial tener aparatos müggles en casa, cuando vienen amigos de mi abuela se quedan asombrados con la tele...

-¡Oh! ¿Novelas de terror? ¿No serán de Lovecraft por casualidad, verdad?- preguntó, algo emocionada- Adoro a ese hombre. Es el mejor narrador de novelas de miedo que he leído en mi vida, mucho más que Stephen King. Mi padre tiene una hemeroteca alucinante; adora el cine y la música. Si algún día consigo llevarte a casa te lo mostraré- rió- es increíble. Y aunque me esté mal decirlo, tiene un muy buen gusto con el cine.

-Pero yo soy más de hobbies al aire libre y tal... Hago capoeria, ¿sabes? Y juego al quiddicht a veces con algunos compañeros, cuando el campo no está pillado por los equipos que entrenan.

-¡Vaya! ¿También sabes luchar? Qué genial- se abrazó las rodillas y agachó la cabeza, mirándola desde ese ángulo- Yo nunca he sabido pelear ni nada por el estilo, aunque tampoco me interesa. No soy nada de físico, todo está aquí- se dio un par de golpecitos con el dedo en la sien- Además, soy muy debilucha y mi cuerpo no aguantaría algo así. ¿Llevas muchos años dando clases? ¿Qué posición tienes en quidditch? Yo no sé jugar. Ni volar. Aunque tampoco lo he intentando- comentó despreocupadamente.

-¿Lovecraft? No, no he leido nada de él aunque algo me suena. Estoy con una colección de Poe, un autor muggles. Y también con un libro basado en historias reales sobre la guerra del segundo ascenso del Innombrable. Hay cosas bastante duras. Pero si me lo recomiendas, lo buscaré.

Annie vio como Catrina se acomodaba, abrazandose las rodillas, y ella también lo hizo. Estiró las piernas, formando un ángulo en el suelo, y descansó las manos en su regazo.
-¡Vaya! ¿También sabes luchar? Qué genial. Yo nunca he sabido pelear ni nada por el estilo, aunque tampoco me interesa. No soy nada de físico, todo está aquíAdemás, soy muy debilucha y mi cuerpo no aguantaría algo así.
-En mi caso es al reves. Mi cerebro está aquí- Se señaló el puño derecho -Siempre he sido muy... peleona. Mi abuela me tuvo que apuntar a Capoeira para que solatara mia gresividad cuando era pequeña, y ahora me gustó. He llegado a pegarme con todos los chicos de mi barrio. Soy una pejiguera.
-¿Llevas muchos años dando clases? ¿Qué posición tienes en quidditch? Yo no sé jugar. Ni volar. Aunque tampoco lo he intentando
-Pues llevo desde los doce, más o menos. Di cuando era pequeña, con nueve o así, un poco de boxeo, pero no de forma oficial. Un chico de mi barrio me enseñaba de vez en cuando, pero cuando se fue a la universidad dejé de tener profesor. Y en el quiddicht soy golpeadora. Si quieres te enseño (capoeira y quiddcht). Eso de que eres una debilucha sólo es verdad si tú misma te lo crees. Y creertelo sería una tontería.

Vaya, ya lo había vuelto a hacer. Siempre hablaba muy bruscamente, sin pensar mucho.

Qué interesantes eran las cosas que contaba Annie. A ella jamás se le había ocurrido la idea de ponerse a darle golpes a nadie con los puños porque prefería los hostias verbales, pero le gustaba verlo practicar, la verdad. Lo prefería a ser ella quien diese las voletertas y los saltos mortales hacia atrás.

-No hace falta, Annie. Aunque gracias por el ofrecimiento - le sacó un poco la lengua - Prefiero ver que hacer en ese caso al menos. De todos modos, digas lo que digas, nunca he sido muy diestra con todo lo que es físico. En el colegio iba siempre fatal en gimnasia. Mi coordinación nunca ha sido buena... - alzó los hombros -.

Siempre le habían dicho que seguramente lo debía provocado la inhalación de humo a la que se había visto sometida en el incendio que la había dejado huérfana, si bien nunca supo ni cómo lo habían averiguado ni si era verdad, porque ella no tenía recuerdo alguno de haber vivido una situación como esa.

Entonces se percató de una cosa. Annie había mencionado a su abuela. ¿Sería huérfana, como ella?

-Oye, ¿y tu abuela es bruja o es muggle? - a pesar de que eso sí que le había provocado un poco de curiosidad, no pensaba preguntarle acerca de sus padres... por si acaso...