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Estaba agotada. Había corrido desde la planta baja, más especificamente del despacho de Filch, a toda velocidad y sin rumbo tomando atajos y saltando escaleras en movimiento para acabar parando en la 4 planta. Estaba perdiendo condición, buff! un año atrás hubiera podido correr hasta su sala común en el 7º piso sin problemas y de paso hacer un poquito más en el camino.
Se pego a la pared del pasillo que estaba, afortunadamente, vacío, y se dejo caer lentamente hasta quedar sentada. Estaba respirando muy fuerte mientras se reía de aquello de lo que estaba huyendo. Filch la había estado fastidiando toda la semana, la había sacado de una de sus clases favoritas (DCLAO) para llevarla con el Director por supuestamente haber tirado unas bombas fétidas en su despacho. Como si Filch no la conociera, las bombas fétidas no eran su estilo para nada, giagh! Lo que sucedía era que en su enojo la primera persona que le había venido a mente al conserje era ella y ahora tenía que apañarselas con él. Su castigo había terminado 3 días atrás, pero Valery le había dejado un regalito a Filch antes de que terminaran: había puesto un hechizo que se activaba al abrir uno de sus cajones de escritorio: lo abria y una voz potente llenaba los alrededores con un mensaje: "EL CALAMAR GIGANTE SE HA ESCAPADO, CUIDADO CUIDADO!"
Sí, era tan infantil y tonto, pero era lo único que le había alcanzado a poner cuando Filch salió un momento del despacho. Y se suponía que Filch debía abrir el cajón ese día y no 3 después cuando ella pasaba por ahí despreocupada para asustarse con su propia broma.
Extendió sus piernas placidamente sobre el suelo y cerro los ojos un momento, respirando un poco más tranquila e imaginando la cara de Filch al abrir el cajón... No era venganza, solo un intercambio equivalente. Además, era divertido, y mientras lo fuera no habría quien la parara.
Estaba agotada. Había corrido desde la planta baja, más especificamente del despacho de Filch, a toda velocidad y sin rumbo tomando atajos y saltando escaleras en movimiento para acabar parando en la 4 planta. Estaba perdiendo condición, buff! un año atrás hubiera podido correr hasta su sala común en el 7º piso sin problemas y de paso hacer un poquito más en el camino.
Se pego a la pared del pasillo que estaba, afortunadamente, vacío, y se dejo caer lentamente hasta quedar sentada. Estaba respirando muy fuerte mientras se reía de aquello de lo que estaba huyendo. Filch la había estado fastidiando toda la semana, la había sacado de una de sus clases favoritas (DCLAO) para llevarla con el Director por supuestamente haber tirado unas bombas fétidas en su despacho. Como si Filch no la conociera, las bombas fétidas no eran su estilo para nada, giagh! Lo que sucedía era que en su enojo la primera persona que le había venido a mente al conserje era ella y ahora tenía que apañarselas con él. Su castigo había terminado 3 días atrás, pero Valery le había dejado un regalito a Filch antes de que terminaran: había puesto un hechizo que se activaba al abrir uno de sus cajones de escritorio: lo abria y una voz potente llenaba los alrededores con un mensaje: "EL CALAMAR GIGANTE SE HA ESCAPADO, CUIDADO CUIDADO!"
Sí, era tan infantil y tonto, pero era lo único que le había alcanzado a poner cuando Filch salió un momento del despacho. Y se suponía que Filch debía abrir el cajón ese día y no 3 después cuando ella pasaba por ahí despreocupada para asustarse con su propia broma.
Extendió sus piernas placidamente sobre el suelo y cerro los ojos un momento, respirando un poco más tranquila e imaginando la cara de Filch al abrir el cajón... No era venganza, solo un intercambio equivalente. Además, era divertido, y mientras lo fuera no habría quien la parara.