Era un sábado un poco extraño en lo referente al tiempo, a momentos salía el sol como que a los pocos minutos estuviera nublado. Aun así decidí salir del castillo y me dirigí a una zona un poco alejada de los jardines para dejar salir a Lito, que después de varias semanas enfermo por fin se encontraba bien y necesitaba corretear un poco al aire libre.
En cuanto deje salir a Lito este se puso a observar todo a su alrededor se notaba que había extrañado el salir a corretear. Se acerco al árbol más cercano y comenzó a arañar el tronco, al verlo me extrañe porque eso antes no lo había hecho, aunque tampoco se había comportado distante conmigo hasta que el día que regrese de mi encuentro con Regan y Calcetines sí que se comporto y estuvo unos días que casi me hacía caso. Pensé que podía ser pro celos pero lo descarte rápidamente Lito nunca los había demostrado, aunque al ver esa reacción supuse que si podía estar celoso.
-Lito-le llame pero seguía arañando el árbol-Eso no se hace-lo cogí en cuanto estaba a su altura y me lo quede en brazos.
Comencé a rascarle una oreja mientras lo seguía teniendo en brazos, poco a poco se fue calmando con lo que aproveche para sentarme en el suelo. Mientras seguía rascándole Lito alzo la cabeza y maulló, parecía que había notado algo. Mire a los alrededores pero no detecte nada, claro que mis sentidos no eran como los de un gato.
-¿Has oído algo? ¿Se acerca alguien?-le pregunte, sabía que si alguien me veía se reiría de mi por hablarle a un gato y tratarlo como si de un perro se tratara.
Entonces sin darme cuenta Lito se libro de mi agarre, salto desde mis brazos y salió corriendo, inmediatamente me puse en pie y salí tras él, pues si lo encontraban podrían regañarme y si le pasaba algo me sentiría muy mal porque era el único regalo que Damon me había hecho.
-¡Lito! ¡Lito! No corras vuelve aquí-le grite desesperada.
Cuando me quise dar cuenta lo había perdido de vista. Había perdido a mi gato. Seguí buscándolo pero seguía sin verlo. De la desesperación que sentía me puse a llorar cayendo de rodillas en el suelo. Como le iba a explicar a Damon lo que había pasado y como se lo tomaría. Cuestionándome eso rompí en un llanto peor de en el que me encontraba.
En cuanto deje salir a Lito este se puso a observar todo a su alrededor se notaba que había extrañado el salir a corretear. Se acerco al árbol más cercano y comenzó a arañar el tronco, al verlo me extrañe porque eso antes no lo había hecho, aunque tampoco se había comportado distante conmigo hasta que el día que regrese de mi encuentro con Regan y Calcetines sí que se comporto y estuvo unos días que casi me hacía caso. Pensé que podía ser pro celos pero lo descarte rápidamente Lito nunca los había demostrado, aunque al ver esa reacción supuse que si podía estar celoso.
-Lito-le llame pero seguía arañando el árbol-Eso no se hace-lo cogí en cuanto estaba a su altura y me lo quede en brazos.
Comencé a rascarle una oreja mientras lo seguía teniendo en brazos, poco a poco se fue calmando con lo que aproveche para sentarme en el suelo. Mientras seguía rascándole Lito alzo la cabeza y maulló, parecía que había notado algo. Mire a los alrededores pero no detecte nada, claro que mis sentidos no eran como los de un gato.
-¿Has oído algo? ¿Se acerca alguien?-le pregunte, sabía que si alguien me veía se reiría de mi por hablarle a un gato y tratarlo como si de un perro se tratara.
Entonces sin darme cuenta Lito se libro de mi agarre, salto desde mis brazos y salió corriendo, inmediatamente me puse en pie y salí tras él, pues si lo encontraban podrían regañarme y si le pasaba algo me sentiría muy mal porque era el único regalo que Damon me había hecho.
-¡Lito! ¡Lito! No corras vuelve aquí-le grite desesperada.
Cuando me quise dar cuenta lo había perdido de vista. Había perdido a mi gato. Seguí buscándolo pero seguía sin verlo. De la desesperación que sentía me puse a llorar cayendo de rodillas en el suelo. Como le iba a explicar a Damon lo que había pasado y como se lo tomaría. Cuestionándome eso rompí en un llanto peor de en el que me encontraba.