19 años despues

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    Historia de Katherin Agger

    Katherin
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    Mensaje por Katherin Lun Jul 20, 2009 10:05 pm

    Nombre:Katherin Agger
    Edad: 15 años
    Cumpleaños:16 de Junio
    País: Escocia (donde nació), Londres (actual residencia)
    Sangre: Sangre limpia
    Mascota:Un gatito llamado Lito, el pelaje del gato es amarillo y tiene los ojos verdes.
    Descripción Física: Cabello rubio y largo que le llega hasta la mitad de la espalda, suele llevar dos lazos rojos atados a los lados. Sus ojos son verdes esmeralda. Tiene una complexión normal, no está ni muy delgada ni gruesa. De estatura mide 166 cm.
    Personalidad: Es muy tímida con toda persona que no conoce, con los conocidos depende del grado de confianza que le tenga, pero cuando tiene mucha confianza la timidez desaparece. Es una chica muy responsable y nunca incumple las normas. No le gusta discutir con la gente y menos ver como otros discuten, porque eso le hace sentir muy triste. Uno de sus defectos es que llora con mucha facilidad, sea por felicidad como por tristeza.

    Historia

    Era mi séptimo cumpleaños y madre me había prometido como regalo de cumpleaños llevarme al Zoológico de Londres a ver los animales. Estaba muy emocionada porque en los seis meses que llevábamos viviendo en Londres no habíamos visitado muchos lugares. El motivo principal de que no nos hubiéramos movido mucho por Londres, o mejor dicho visitado muchos lugares culturales era porque ambas éramos brujas y era algo que teníamos que mantener oculto; y más cuando estábamos llevando una vida de muggles. Mi madre trabajaba en una de las agencias mas importantes de abogados de toda la ciudad y siempre estaba en algún que otro caso; en mi caso hacía una vida como la de cualquier niño de mi edad.

    Justo cuando me estaba poniendo un vestido amarillo con flores de varios colores que me había mandado la abuela, que vivía en Dinamarca, como regalo de cumpleaños oí como llamaban a la puerta. Me puse a vestir más rápido mientras pude oír como madre abría la puerta y saludaba a alguien que le hizo pasar.

    -¡Katherin!-me llamo mi madre poco después de cerrar la puerta.

    -¡Ahora mismo bajo mama!-le grite mientras terminaba de ponerme unos zapatos negros que venían con el vestido amarillo que me mandaba la abuela. En cuanto los tuve calzados baje rápidamente las escaleras.

    Cuando entre en el salón vi como mi madre terminaba de preparar la cesta de la comida, íbamos a comer en el mismo zoológico, entonces vi que había una chica de cabello castaño y ojos negros sentada en el sofá, era mi mejor amiga Alice. Ella era la única de toda la clase de mi escuela que no se reía de mí por mi acento escocés; el resto de la clase se mofaba por ello. Pero no podía hacer nada y más cuando hasta hacia seis meses había estado viviendo allí. Mi madre en cambio no tenía ese acento, porque ella no había nacido ni crecido en Escocia, ella procedía de Dinamarca y había estado viviendo allí hasta seis meses antes de mi nacimiento.

    Alice al verme se levanto del sofá y se me acerco para abrazarme y desearme feliz cumpleaños. Entonces se fue hacia la mochilita que había traído con ella y de esta saco un pequeño paquete envuelto en color azul claro, mi color favorito, seguidamente se me acerco.

    -Espero que te guste-me dijo con una sonrisa mientras me lo entregaba.

    -Gracias-le dije mientras lo cogía y empezaba a abrirlo, note que Alice me miraba con mucha expectación con lo que hizo que me preguntara que podría ser. Termine de quitar el papel y abrí la cajita para ver que había dentro. Al ver lo que había me quede totalmente perpleja-¿En serio es para mí?-le pregunte a mi amiga, esta afirmo con la cabeza-¡Muchísimas gracias!-me lance sobre ella mientras empecé a llorar de felicidad.

    En ese momento mi madre se acerco para ver que era el regalo y cuando vio que era una pulsera le pregunto a Alice si no creía que se había excedido un poco con el regalo, pero ella le contesto que era su mejor amiga y que me merecía esto y mucho más. Al oír sus palabras me cuestione que me regalaría cuando fuera unos años mayor.

    Pocos minutos después las tres nos encontrábamos montadas en el coche de mi madre y de camino al zoológico. En ese rato de casa al zoológico le explique a Alice que la tarde anterior había visto el programa del que todas las chicas de clase hablaban, ella me respondió que no lo había podido ver aún porque a las horas que lo hacían su hermano mellizo y su padre se dedicaban a ver un programa de lucha libre. Entonces le dije que en cuanto tuviera una oportunidad para verlo que lo viera, porque el programa era muy bonito. Este se basaba en que unas chicas y unos chicos se tenían que conocer y formar parejas, con lo que el público tenía que elegir a la chica y el chico que formaran la mejor pareja demostrando que se querían. Cuando termine de explicarle a Alice el programa mi madre se río, porque me había emocionado mucho mientras explicaba el programa y me dijo que no hacía falta que me emocionara tanto; tras eso no pude evitar sonrojarme y mi amiga se río de mi cara con lo que no pude evitar sentirme un poco mal y que se me escaparan un par de lagrimas. Alice al ver mi reacción me abrazo y me comento que no me pusiera de esa manera, porque sólo había sido una pequeña broma. Le di las gracias por animarme y poco después llegamos al zoológico.

    Durante toda la mañana nos dedicamos a ver las secciones de los monos que habían de todos los tipos y tamaños, los que más nos gustaron a Alice y a mi fueron unos bien chiquititos denominados Titis, a los que pudimos alimentar porque tuvimos la suerte de que el chico que los tenía que alimentar conocía a mi madre y este en compensación por un favor que le hizo mi madre nos dejo ayudarle con los monitos, eran preciosos lo único malo es que no les gustaba mucho que les tocara la gente, pero aun así estuvimos muy cerca de ellos y madre nos hizo varias fotos junto a ellos. Después de los monos fuimos a ver las aves donde vimos un espectáculo donde unos guacamayos montaban bicicletas en miniatura y hacían todo lo que los amaestradores les pedían. Tras eso nos tuvimos que dar un poco de prisa para poder ver el espectáculo de los delfines, llegamos justas para poder sentarnos y ver como empezaba el espectáculo que fue precioso y vimos como los delfines hacían miles de piruetas y sonidos preciosos.

    Cuando el espectáculo de los delfines termino nos marchamos a comer a uno de las zonas que había en el zoológico llena de mesas donde los visitantes podíamos sentarnos y comer tranquilamente. Una vez estuvimos sentadas en una mesa sacamos de la cesta de la comida los sándwiches que había preparado mi madre por la mañana mas la bebida que había comprado el día anterior. Mientras comíamos le pregunte si nos dejaría ir a Alice y a mí a un parque que había visto cerca de la zona para que fuéramos a jugar un rato allí, mi madre nos dio permiso pero que antes teníamos que terminar de comer. En cuanto terminamos de comer nos fuimos rápidamente al parque que tenía varios columpios y un tobogán muy grande, como iba con vestido le dije a Alice que al tobogán no me podía subir así que nos dirigimos a los columpios que en ese momento estaban vacios nos montamos en ellos y estuvimos como unos diez minutos divirtiéndonos mucho. Hasta que aparecieron unas personas que arruinaron la diversión.

    -Chicos mirad quien tenemos aquí, pero si es la llorona de la clase-oí como decían a mi espalda con lo que me pare en seco en el columpio y me gire para ver de quien se trataba, al ver que era Glen, un chico rubio de ojos negros que estaba en mi clase del colegio y que siempre se metía conmigo por mi forma de hablar y porque siempre terminaba llorando.

    -Deja a Kat en paz, Glen-le dijo Alice mientras se bajaba del columpio y se acercaba un poco a Glen-Ella no te ha hecho nada para que te metas con ella, así que déjala tranquila-lo miro con enojo cuando estaba a un par de pasos del chico.

    -Oh, vamos Alice no seas así-respondió con burla Glen, mientras apartaba a Alice de su camino y se me acercaba-Sabes perfectamente que no lo puedo evitar, además de que la propia presencia de ella me obliga a comportarme de esta manera-me miraba de una forma que nunca antes le había visto, con lo que me entro miedo y empecé a retroceder.

    Mientras me iba retrocediendo sin mirar para atrás mi miedo iba aumentando y solo podía pensar en que no me hiciera nada malo, cuando vi que Glen aumentaba la velocidad de su paso hice lo mismo con la mala suerte que me tropecé con un bordillo con lo que termine cayendo de culo al suelo, eso hizo que el chico se riera de mí y en ese momento no puede reprimir mas las lagrimas con lo que me puse a llorar. En uno de los m omentos en que tenía los ojos abiertos vi que estaba muy próximo entonces sin poder evitarlo grite “¡NO!” mientras me cubría y lo que paso a continuación fue que Glen salió disparado hacia atrás. Todas las personas que estaban presentes se quedaron sorprendidas por lo que acababan de presencian, en mi caso me puse muy nerviosa y seguidamente de pie para marcharme de prisa hacia donde estaba mi madre, pero no hizo falta porque ella llego inmediatamente y dijo que regresábamos a casa.

    Gran parte del trayecto de vuelta a casa lo pasamos en silencio, aunque antes íbamos a pasar por la casa de Alice para dejarla, porque mi madre le había prometido a la madre de Alice que la llevaría de vuelta a casa. La verdad es que el silencio duro hasta que mi madre aparco el coche frente la casa de Alice, para esta se bajara del coche y entrara en su hogar.

    -Kat, ¿puedo preguntarte una cosa?-llamo mi atención Alice antes de bajarse del coche y me miraba con seriedad, a su pregunta le dije que si con la cabeza-¿Lo que has hecho antes era magia, verdad?-me quede muda ante su pregunta e inmediatamente me puse a llorar, mi madre no dijo nada simplemente miraba hacia el frente. Alice al verme solo pudo sonreír y abrazarme tiernamente-No me importa si eres diferente y puedes hacer magia, para mí siempre serás mi amiga.

    Al oír las palabras de Alice no pude evitar llorar con más fuerza no me esperaba esas palabras de mi amiga y menos que me aceptara tal como era, así que le estuve dando las gracias durante mucho rato hasta que mi madre me dijo que debía dejar a Alice para que entrara a su casa, pero antes de que saliera del coche mi madre le dijo que no le comentara a nadie que éramos. Ella respondió que no nos preocupáramos por nada, le dio las gracias a mi madre por el día que habíamos pasado y salió del coche. En cuanto entro a su casa mi madre puso el coche de nuevo en marcha y regresamos a casa.


    Última edición por Katherin el Lun Jul 27, 2009 9:07 pm, editado 2 veces
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    Historia de Katherin Agger Empty Re: Historia de Katherin Agger

    Mensaje por Katherin Lun Jul 20, 2009 10:07 pm

    Tenía once años, era uno de septiembre y me encontraba en la estación de King Cross, a mi lado se encontraba Alice que había venido a despedirme porque me había insistido mucho en que quería venir debido a que si nos íbamos a pasar muchos meses separadas y sin vernos lo mínimo que podía hacer ella era despedirse de mí. Faltaban aun media hora para que mi tren se marchara, pero tenía que empezar a ir entrando en el andén 9 y ¾ si no quería perderlo. Así que me gire hacia Alice y la abrace fuertemente.

    -Te echare mucho de menos Alice-una pequeña lagrima empezó a surgir de uno de mis ojos-Prometo que te escribiré y sabrás como me van las cosas en Hogwarts, no pienso olvidarte de ti, aunque haga más amigos.-me separe un poco de ella y le sonreí-Porque tú eres mi primera mejor amiga y siempre lo serás, por mucho que me digan que las brujas no podemos llevarnos bien con los muggles me negare a ello, porque sé que hay muggles como tú que no son malos ni lo peor. Además de que sin vosotros la sociedad mágica estaría casi extinta -hice un pequeño mohín al decir eso ultimo.

    -Vamos deja el discursito Kat que sino a este paso perderás el tren y no creo que quiera perder el tren que te llevara a tu nuevo colegio-comentó con una sonrisa, aunque se notaba que estaba un poco triste-Yo también te echare de menos, pero te prometo que le iré dando de vez en cuando cartas escritas por mí para que sepas como van las cosas por aquí. Además Navidades tampoco están tan lejos y así me das tiempo para pensar en un buen regalo para comprarte-se separo de mi abrazo-Anda ves para ese andén mágico y si alguna vez te sientes sola o triste mira la pulsera que te regale para tu séptimo aniversario y recuerda que tienes a una amiga que te estará deseando lo mejor del mundo-termino de decir antes de empujarme y despedirse con la mano.

    Le dije adiós en un susurro y me marche corriendo simplemente para que no me viera llorando, y que ella tampoco se pusiera a llorar. Nunca me gusto ver a Alice triste y con haberla visto año y medio atrás llorando tuve suficiente, aunque desde ese momento aun fuimos mas unidas de lo que habíamos sido y por eso ahora el hecho de tener que separarme de ella me dolía muchísimo y se que a ella también. Sin darme cuenta había llegado a la entrada del andén 9 y ¾ así que me mentalice y entre a él, en cuanto estuve en este no tarde en divisar a mi madre que me esperaba con mis cosas, las cuales me ayudo a subir al tren. Cuando todo estuvo subido me despedí con un abrazo a mi madre y me dirigí hacia uno de los compartimentos.

    Mientras avanzaba por los pasillos del tren y observaba que todos los compartimentos estaban ocupados me empecé a preguntar si encontraría alguno que estuviera vacio. Cuando estaba llegando a un punto de desesperación por no encontrar un compartimento libre o semilibre me choque con un chico pelirrojo de gran tamaño y corpulencia, inmediatamente me disculpe por mi torpeza y continúe mi camino.

    -Espera preciosa-oí como me llamaba el muchacho cuando sólo había dado unos paso, el tono en que había dicho eso me puso muy nerviosa y salí corriendo, entonces este empezó a ir tras de mí.

    Tuve la suerte de que mientras corría había mucha gente por los pasillos en los que pasaba y esta me facilitaba la huida, porque me era más fácil esquivarlos que a mi perseguidor; pero eso no duro mucho porque llegue a una zona donde no había casi nadie. Desesperada como estaba me metí sin mirar en el primer compartimento que encontré del vagón en el que me encontraba, una vez dentro cerré la puerta de forma que sólo se abriera desde dentro y me senté en el asiento de al lado de la ventana rogando por que pasara de largo el chico que me perseguía, pero no fue así en pocos segundos se encontraba en la puerta intentando abrirla, al ver que no podía empezó a golpearla.

    -¡Maldita sea! Para de golpear la puerta-me sobresalte al oír esas palabras que provenían de un chico rubio que se estaba incorporando en el asiento de enfrente para dirigirse a la puerta.

    -¡Por favor! No le dejes entrar-le rogué cogiéndole del brazo cuando estaba por ir a la puerta, el chico dio un paso e involuntariamente le agarre con más fuerza del brazo-Te lo ruego-le mire directamente a los ojos, que eran de azules y me recordaban mucho a los de mi madre. Vi como fruncía el ceño al mirarme, se soltó de mi agarre moviendo el brazo con fuerza para que lo soltara y fue hasta la puerta abriéndola, pero bloqueando el paso.

    -¿Qué quieres Smith?-le pregunto el rubio mientras seguía bloqueando la entrada al compartimento muy molesto-Y más vale que sea algo de importancia, me fastidia mucho que me molesten cuando intento dormir-vi como fruncía el ceño y miraba con odio al pelirrojo.

    -¡Oh vamos Agger!-le soltó como si nada Smith, al oír cómo le llamaba me sorprendió, porque ese chico tenía mi mismo apellido y por lo que sabía no era muy común-Sólo he venido para hablar con la señorita-me señalo con una de sus gruesas manos produciéndome un escalofrió-, pero desde que nos hemos chocado se ha dedicado a huir de mí-remarco mucho esto último actuando como si le hubiese dolido en el alma.

    -Quizás es porque no quiere saber nada de alguien como tú-le respondió Agger como si nada-Además no deberías estar con Simons, ¿o es que no sales más con ella?-le cuestionó con sorna, a lo que Smith se molesto.

    -Claro que salgo con Dalia Simons, que te has pensado-le empezó a mirar mal Smith-Además de que me dirigía a verla precisamente-se aparto de la puerta y se marcho muy ofendido.

    Agger cerró la puerta en cuanto el pelirrojo se había marchado, se sentó en el asiento que había frente a mí y se quedo mirando hacía el paisaje que se veía a través de la ventana.

    -Gra-gracias-le agradecí con nerviosismo, mientras le miraba de refilón porque tenía mi cabeza agachada y notaba que me sonrojaba.

    Al ver que no me respondía levante la vista y vi que seguía mirando a través de la ventana, entonces mientras le observaba me acorde de cómo le había llamado Smith.

    -Esto…-intente llamar su atención, pero seguía sin hacerme caso-Disculpa, pero he oído que el otro chico te llamaba Agger y me preguntaba si ese era tu apellido-empecé a balbucear sin darme cuenta-porque mi apellido también es Agger-me calle de golpe al ver la mirada que me estaba mandando y me di cuenta que no tenía que haberle dicho nada sobre el apellido, pero no se podía dar marcha atrás a lo que había hecho.

    -¿De dónde eres?-me preguntó o mejor dicho me exigió.

    -Vengo de Londres que es…-me quede helada al ver su mirada y comprendí a que se refería-Nací en Escocia-respondí en un susurro e intentando que no se me escaparan las lagrimas por la presión que estaba sintiendo.

    -¿Y tus padres de dónde?-siguió interrogándome mirándome con el ceño fruncido, sus ojos azules me daban miedo; pero seguían recordándome a los de mi madre.

    -Mi padre no sé de donde era, porque nunca lo he conocida y mi madre nunca me ha hablado de él. Pero mi madre sí que se que vivía en Dinamarca hasta que se entero de que me iba a tener-le expliqué intentando mantener la mirada, aunque no sé muy bien porque notaba que no le gustaba que lo mirara fijamente a los ojos.

    -Supongo que tu madre es bruja-me comentó mirando hacia la ventana-y no creo que me equivoque mucho si dijera que se llama Emily Matthews-al oír el nombre que había dicho me quede totalmente sorprendida, supuse que en mi cara se notaba porque me di cuenta que él se había percatado y sonrió con triunfo.

    En ese mismo momento me preguntaba cómo era posible que supiera el nombre de mi madre, pero cuando me disponía a preguntarle cómo es que lo sabía el tren se detuvo y por los altavoces anunciaban que teníamos que bajar del tren. Cuando me di cuenta él estaba saliendo por la puerta, durante lo que quedo del día y los siguientes meses no me lo volví a encontrar cara a cara para preguntarle sobre el asunto del nombre de mi madre. Aunque sí que pude averiguar que ese chico pertenecía a la casa de Slytherin y que se llamaba Damon; dos datos que eran bastante valiosos, pero que no me eran de total utilidad porque había terminado en Ravenclaw y por lo que me habían mencionado los de Slytherin detestaban al resto de las casas.

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