Nombre:Damon Agger
Edad: 16 años
Cumpleaños: 9 de Enero
País: Dinamarca (donde nació y reside)
Sangre: Sangre limpia
Descripción Física: Cabello rubio y corto, aunque en el lado derecho tiene un mechón un poco largo. Ojos azules claro, el azul es el típico color de azul cielo cuando es de día. Tiene una complexión normal, no está ni muy delgado ni grueso y tampoco es musculoso. De estatura mide 172 cm.
Personalidad:De fuerte carácter, se molesta fácilmente y no se calla nada, siempre dirás las cosas en la cara aunque pueda doler lo que dice. No suele jugar sucio, pero si la situación lo requiere si que lo hará. A simple vista puede parecer alguien con el que es mejor mantener las distancias, pero en el fondo es buena persona. Detesta a los muggles y a los magos procedentes de estos, para el los únicos magos son los sangre limpia.
Historia
Me encontraba en el patio trasero de la casa de campo de mis abuelos maternos sentado en el suelo y destrozando unas flores de color violáceo que había plantado Rachel, mi madrastra, detestaba a esa mujer con toda mi alma. Esa muggle era la causa de que mis padres estuvieran separados y no hubiera podido crecer junto a mi madre y hermana; sabía de su existencia porque mis abuelos maternos me lo habían explicado cuando empecé a tener uso de la razón.
-¡Damon! ¿Se puede saber que le estás haciendo a las violetas?-en ese preciso momento llegó mi abuela muy molesta por el estropicio que estaba haciendo.
-No puedo ver estas flores, abuela-la miré con el ceño fruncido-Las detesto y a la que las planto aún más-me gire para mirar cara a cara a mi abuela que acababa de llegar, aunque seguía sentado no tenía ganas de ponerme en pie.
-Damon tienes seis años y con esa edad no deberías hacer ese tipo de travesuras-me respondió mientras suspiraba mirando las flores destrozadas-Se que la detestas, pero deberías darle una oportunidad, al menos hazlo por tu padre-su expresión paso por un fruncimiento de ceño a una sonrisa con ternura, seguidamente saco su varita y limpio el desastre que había causado.
-¿Qué es eso?-le pregunté al ver que llevaba una caja envuelta en un papel de color azul-¿Para quién es ese regalo?
-Esto-me mostró el regalo-Es un pequeño presente para tu hermana que dentro de unos días hará cinco años , aparte de que también es para felicitarla por haber hecho magia-miro hacia el regalo que llevaba en las manos y sonrió-La verdad es que se estaba demorando en poquito y me preocupaba que fuera una squib.
-Katherin no iba a ser una squib-dije tajantemente frunciendo el ceño-Que despertara o mejor dicho demostrara mi magia a los tres años no quiere decir que todos lo hagan a la misma edad-la miraba fijamente y hablaba con seriedad-Además de que lo mío fue por culpa de esa odiosa muggle-agregué con un tono de odio.
Mi abuela se encogió de hombros y murmuro algo que me pareció como si dijera que iba hacer conmigo. Entonces me pregunto si quería que la acompañara al pueblo para enviar el paquete y comprar lo necesario para la cena de esa noche. En un principio estaba por decirle que no, pero luego al acordarme de que no tardarían mucho en regresar mi padre y Rachel decidí acompañar a mi abuela para no ver durante unas horas a esa muggle. De compras estuvimos cerca de tres horas, al regresar me fui a mi habitación y me quede en esta hasta la hora de la cena.
Cuando fue la hora de la cena mi abuelo fue quien subió a buscarme, mi padre se encontraba en el jardín con Rachel ayudándola a arreglar las flores estropeadas, y seguro que la estaba ayudando sin utilizar la magia. Desde que recuerdo siempre han estado juntos y muy pocas veces he visto a mi padre usar la magia, algo que detesto, porque si eres mago lo lógico es que uses la magia para todo y más cuando vives en un pueblo que es exclusivamente de magos.
Antes de que me dispusiera a bajar a la mesa mi abuelo me dijo que me fuera a lavar las manos, así que haciéndole caso fui a ello. No tarde mucho en llevar a cabo la labor, aun así cuando baje mi padre y la muggle se encontraban sentados en la mesa por suerte no me tuve que sentar al lado de ella, sino entre mis abuelos.
Gran parte de la cena paso sin problemas porque no se hablo mucho, pero durante los postres la cosa cambio radicalmente debido a que Rachel empezó hablar sobre el viaje que tenía pensado que hiciéramos en cuanto llegara julio. Desde que sugirió la idea no me gusto nada y lo deje muy claro que no iba a ir a ese viaje prefería quedarme con mis abuelos antes que ir a cualquier sitio muggle con esa mujer.
-Verán, les quería comentar si les gustaría venirse con nosotros a pasar las vacaciones juntos. Porque resulta que Damon se ha propuesto que las quiere pasar con ustedes y creo que lo mejor es que fuéramos los cinco juntos.
Mis abuelos se miraron mutuamente durante unos segundos y después miraron a mi padre, pues ellos no pintaban nada en esas vacaciones solo eran familia mía y los veía porque mi padre no quería que perdiera del todo el contacto con la otra parte de familia que me correspondía.
-No creo que sea una mala idea que vayamos todos, así Damon no se sentiría incomodo del todo y podría divertirse-respondió mi padre a las miradas de mis abuelos.
-No vamos a ir, porque no pintamos nada.-le dijo mi abuelo a mi padre, el cual iba a decir algo pero no pudo porque mi abuelo continuo-Si vas a decirme que somos sus abuelos, eso lo sé perfectamente por lo que Damon pasara ese tiempo que vais a ir de viaje con nosotros. O no eras el que hace un rato se quejaba de que Rachel y tú no podías tener un poco de intimidad-se miraron ambos con desafío-Ahora que te sale una oportunidad deberías aprovecharla, no vaya a ser que más adelante te arrepientas de ello.
Tras ese intercambio de palabras mi padre simplemente frunció el ceño y terminamos el postre. En la casa después de la cena solo estuvimos una hora más, aunque hubiera sido mejor marcharnos nada más terminarla porque el ambiente estaba muy tenso. Antes de marcharnos me despedí de mis abuelos, a la abuela le tuve que prometer que me comportaría durante los días que faltaban para que volviera a estar con ellos. El viaje de regreso a casa fue lo peor, las caras de mi padre dejaban muy claro que no le había hecho ninguna gracia lo que había pasado.
Faltaban dos semanas para que empezara mi vida como alumno de Hogwarts, el material y todo lo que necesitaba lo tenía desde hacía un par de días que fue cuando mi padre decidió ir a comprar en el callejón Diagon porque Rachel había tenido que ir a visitar a un familiar suyo y le había pedido a mi padre que no fuera porque hubiera tenido que ir con ellos y su familia no podía saber que el hombre con el que vivía tenía un hijo. Así que fue un día solo para los dos o mejor dicho un adecuado día para hacer las compras en una calle de magos, no solíamos ir a esos lugares con Rachel por mucho que el vecindario si fuera uno de esos lugares.
Esa mañana para mi desgracia me encontraba en casa solo con Rachel, mi padre no se encontraba porque estaría trabajando o al menos sabía que tenía que ir al trabajo para un asunto. Mientras me estaba vistiendo, pues no me gustaba andar con pijama por la casa además si quería salir al patio era mejor estar vestido de calle, oí como Rachel me llamaba resople, termine de vestirme y baje a la cocina que era donde se encontraba la muggle.
-¿Para qué me has llamado? Creía que mi desayuno era cosa mía-le solté nada mas entre al lugar.
-Veras Damon, esto debería decírtelo tu padre, pero…-ella se detuvo un momento, parecía que se estaba pensando cómo seguir, podría haberla interrumpido pero decidí esperar a ver que decía-le ha sido un poco imposible porque tiene que atender el asunto en cuestión hoy mismo a parte de que… mañana mismo es…
Que estuviera dudando tanto para decirme algo me mosqueo muchísimo con lo que la mire con enojo para ver si terminaba, pero ni con esas seguía parecía que no sabía cómo seguir con lo que se supusiera que me tenía que decir.
-¡Mañana qué!-le grite porque me estaba desesperando-Vamos dímelo que se supone que sucede mañana.
Me miro con perplejidad por mi reacción, pero no sé porque se ponía de esa forma no era la primera vez que actuaba de esa forma con ella. Pasaron unos minutos o eso es lo que me pareció hasta que se decidió a continuar con lo que se suponía que me iba a decir.
-Mañana nos trasladamos a la nueva casa. Tu padre y yo lo decidimos hará un mes lo de irnos a vivir a un pueblo no mágico porque encontró un trabajo en el mismo pueblo a donde vamos a ir a vivir que le llamo mucho la atención y se presento a la entrevista y le aceptaron. Empezara a trabajar el mismo 1 de septiembre, por lo que ha ido hoy a avisar a su trabajo mágico de que lo deja-me explico mientras sonreía, oír eso me sentó fatal hacia un mes que habían decidido eso y no me lo habían consultado.
Estuve por contestarle, pero en vez de eso salí corriendo de casa y me puse rumbo a casa de mis abuelos. Vivían en el mismo pueblo aunque en la otra punta, no me importo recorrerme todas las calles corriendo lo único que quería era llegar a su casa y quedarme en esta a vivir. Jamás aceptaría irme a vivir a un pueblo muggle, era un mago e iba hacer la mida que me correspondía le gustara o no a mi padre.
Cuando llegue a la entrada de la casa de mis abuelos me encontraba sin aliento, haber corrido tanto me había cansado pero aun no podía quedarme del todo parado pues aun no estaba a salvo de los planes de Rachel y mi padre. Así que hice un último esprín hasta la puerta y llame.
-¡Damon! ¿Se puede saber que haces aquí?-me pregunto mi abuela toda extrañada cuando abrió la puerta, momento en el que aproveche para entrar rápidamente-Pero que te ha pasado que estas tan agitado y sudoroso-me agarro de los hombro y me obligo a que la mirara a la cara.
-No quiero regresar a casa-la mire a los ojos, aun estaba enfadado y sabía que mi abuela notaría mi enojo-Han decidió marcharse a un pueblo muggle sin consultármelo, mi padre ha dejado su trabajo por otro. ¡No quiero ir a vivir a ningún lugar muggle!-termine gritando con desesperación.
Mi abuela me miro con pena, pues ella sabía igual que mi padre que ese lugar no me iba a sentar bien, pero claro la muggle tenía que ir porque llevaba varios meses que no veía a su familia y los extrañaba. No por eso tenían derecho a obligarme a ello estaban mis abuelos ellos podían encargarse de mí y si llegara el momento de que no estuvieran me las apañaría como fuera, pero había decidido que no iría y nadie me haría cambiar de idea respecto a eso.
-Damon, creo que no estás siendo del todo gusto con tu padre, tienes que pensar que a él toda esta situación le es difícil no le es nada fácil tener que encargarse de ti y a la vez estar bien con su pareja-explico con calma-Y sabes que no le puedes hacer elegir, porque a ambos os quiere mucho.
Me solté del agarre de mi abuela y me dirigí al salón donde me senté en una de las butacas aun con cara de enfada. Lo último que había dicho la abuela era mentira, sabía perfectamente que no le gustaba a mi padre que se había hecho cargo de mí porque no había otra opción y que mi existencia era una de las causas y la más importante de que no hubiera tenido hijos con Rachel. Si al menos mi madre me hubiera llevado con ella, pero no le hubiera sido fácil salir adelante con un hijo de menos de un año y esperando otro, suspire.
-Abuela, ¿no podría quedarme a vivir aquí con el abuelo y contigo?-le pregunté mirándola con suplica-No daría muchos problemas ahora que empiezo en Hogwarts pasaría mucho más tiempo allí que aquí, además de que en verano podría ayudar al abuelo y…-me detuve al ver la cara que ponía, nunca se la había visto y estaba claro que mis palabras le habían recordado algo.
La abuela se me acerco muy lenta mente, parecía como que durante el trayecto hasta donde me encontraba estuviera meditando las palabras que me iba a decir con lo que supuse que lo que iba a venir no podía ser del todo bueno, pues después de todo mis abuelos se llevaban más o menos bien con mi padre, aunque no siguiera viviendo con su hija. Cuando estuvo sentada a mi lado me puso una mano encima de la rodilla.
-Por nosotros sabes que te puedes quedar y que no serás ninguna molestia, pero estas a cargo de tu padre y debes ir con él a la nueva casa.
-Si le dijerais que os vais hacer cargo de mi y que no le molestarías para nada seguro que aceptaría-le dije con seriedad-Porque sé que para él solo soy una molestia. Por mucho que me digas que me quiere no es verdad y lo sé porque le oí un día hablando con Rachel de que si no estuviera su vida sería mucho más fácil.
Cuando termine de decir eso la abuela se levanto inmediatamente llamando a mi abuelo que no tardo mucho en aparecer, vi como se ponían hablar con lo que supuse que la abuela le estaba contando a él sobre lo que había pasado pues mi abuelo frunció el deño y le dijo un par de cosas a la abuela, antes de marcharse de la casa. Ella se fue a la cocina a preparar algo para comer, al oler la comida me acorde de que aun no había comido ese día, pero no tarde mucho en comer pues la abuela me trajo un desayuno abundante mientras me decía que no me preocupara que todo se iba a solucionar.
A la hora de la comida llamaron a la puerta, quien fue a atender fue mi abuelo que hacía como media hora que había llegado. No supe quien era el visitante hasta que oí los gritos, era mi padre que estaba discutiendo con mi abuelo, supuse que tendría que regresar con lo que decido comer más lentamente porque no tenía pensado irme al menos hasta que terminara de comer. Entonces me extrañe un poco pues los grito dejaron de oírse aunque se podía apreciar que aun estaban conversando. Veinte minutos más tarde se oyó la puerta y el abuelo regreso al comedor.
-Desde hoy estas a cargo nuestro y no tendrás que ver más a tu padre a no ser que sea por decisión tuya-me dijo muy seriamente cuando se sentó en la mesa.
Sonreí al oír esas palabras y le agradecí con la mirada lo que había hecho, ahora lo único que me unía a ese hombre era mi apellido y la sangre, pero no me importaba porque la sangre hacía que fuera lo que era y no era el único Agger que había en la faz de la tierra. Y sabía que en un futuro no muy lejano podría conocer a otro.
Edad: 16 años
Cumpleaños: 9 de Enero
País: Dinamarca (donde nació y reside)
Sangre: Sangre limpia
Descripción Física: Cabello rubio y corto, aunque en el lado derecho tiene un mechón un poco largo. Ojos azules claro, el azul es el típico color de azul cielo cuando es de día. Tiene una complexión normal, no está ni muy delgado ni grueso y tampoco es musculoso. De estatura mide 172 cm.
Personalidad:De fuerte carácter, se molesta fácilmente y no se calla nada, siempre dirás las cosas en la cara aunque pueda doler lo que dice. No suele jugar sucio, pero si la situación lo requiere si que lo hará. A simple vista puede parecer alguien con el que es mejor mantener las distancias, pero en el fondo es buena persona. Detesta a los muggles y a los magos procedentes de estos, para el los únicos magos son los sangre limpia.
Historia
Me encontraba en el patio trasero de la casa de campo de mis abuelos maternos sentado en el suelo y destrozando unas flores de color violáceo que había plantado Rachel, mi madrastra, detestaba a esa mujer con toda mi alma. Esa muggle era la causa de que mis padres estuvieran separados y no hubiera podido crecer junto a mi madre y hermana; sabía de su existencia porque mis abuelos maternos me lo habían explicado cuando empecé a tener uso de la razón.
-¡Damon! ¿Se puede saber que le estás haciendo a las violetas?-en ese preciso momento llegó mi abuela muy molesta por el estropicio que estaba haciendo.
-No puedo ver estas flores, abuela-la miré con el ceño fruncido-Las detesto y a la que las planto aún más-me gire para mirar cara a cara a mi abuela que acababa de llegar, aunque seguía sentado no tenía ganas de ponerme en pie.
-Damon tienes seis años y con esa edad no deberías hacer ese tipo de travesuras-me respondió mientras suspiraba mirando las flores destrozadas-Se que la detestas, pero deberías darle una oportunidad, al menos hazlo por tu padre-su expresión paso por un fruncimiento de ceño a una sonrisa con ternura, seguidamente saco su varita y limpio el desastre que había causado.
-¿Qué es eso?-le pregunté al ver que llevaba una caja envuelta en un papel de color azul-¿Para quién es ese regalo?
-Esto-me mostró el regalo-Es un pequeño presente para tu hermana que dentro de unos días hará cinco años , aparte de que también es para felicitarla por haber hecho magia-miro hacia el regalo que llevaba en las manos y sonrió-La verdad es que se estaba demorando en poquito y me preocupaba que fuera una squib.
-Katherin no iba a ser una squib-dije tajantemente frunciendo el ceño-Que despertara o mejor dicho demostrara mi magia a los tres años no quiere decir que todos lo hagan a la misma edad-la miraba fijamente y hablaba con seriedad-Además de que lo mío fue por culpa de esa odiosa muggle-agregué con un tono de odio.
Mi abuela se encogió de hombros y murmuro algo que me pareció como si dijera que iba hacer conmigo. Entonces me pregunto si quería que la acompañara al pueblo para enviar el paquete y comprar lo necesario para la cena de esa noche. En un principio estaba por decirle que no, pero luego al acordarme de que no tardarían mucho en regresar mi padre y Rachel decidí acompañar a mi abuela para no ver durante unas horas a esa muggle. De compras estuvimos cerca de tres horas, al regresar me fui a mi habitación y me quede en esta hasta la hora de la cena.
Cuando fue la hora de la cena mi abuelo fue quien subió a buscarme, mi padre se encontraba en el jardín con Rachel ayudándola a arreglar las flores estropeadas, y seguro que la estaba ayudando sin utilizar la magia. Desde que recuerdo siempre han estado juntos y muy pocas veces he visto a mi padre usar la magia, algo que detesto, porque si eres mago lo lógico es que uses la magia para todo y más cuando vives en un pueblo que es exclusivamente de magos.
Antes de que me dispusiera a bajar a la mesa mi abuelo me dijo que me fuera a lavar las manos, así que haciéndole caso fui a ello. No tarde mucho en llevar a cabo la labor, aun así cuando baje mi padre y la muggle se encontraban sentados en la mesa por suerte no me tuve que sentar al lado de ella, sino entre mis abuelos.
Gran parte de la cena paso sin problemas porque no se hablo mucho, pero durante los postres la cosa cambio radicalmente debido a que Rachel empezó hablar sobre el viaje que tenía pensado que hiciéramos en cuanto llegara julio. Desde que sugirió la idea no me gusto nada y lo deje muy claro que no iba a ir a ese viaje prefería quedarme con mis abuelos antes que ir a cualquier sitio muggle con esa mujer.
-Verán, les quería comentar si les gustaría venirse con nosotros a pasar las vacaciones juntos. Porque resulta que Damon se ha propuesto que las quiere pasar con ustedes y creo que lo mejor es que fuéramos los cinco juntos.
Mis abuelos se miraron mutuamente durante unos segundos y después miraron a mi padre, pues ellos no pintaban nada en esas vacaciones solo eran familia mía y los veía porque mi padre no quería que perdiera del todo el contacto con la otra parte de familia que me correspondía.
-No creo que sea una mala idea que vayamos todos, así Damon no se sentiría incomodo del todo y podría divertirse-respondió mi padre a las miradas de mis abuelos.
-No vamos a ir, porque no pintamos nada.-le dijo mi abuelo a mi padre, el cual iba a decir algo pero no pudo porque mi abuelo continuo-Si vas a decirme que somos sus abuelos, eso lo sé perfectamente por lo que Damon pasara ese tiempo que vais a ir de viaje con nosotros. O no eras el que hace un rato se quejaba de que Rachel y tú no podías tener un poco de intimidad-se miraron ambos con desafío-Ahora que te sale una oportunidad deberías aprovecharla, no vaya a ser que más adelante te arrepientas de ello.
Tras ese intercambio de palabras mi padre simplemente frunció el ceño y terminamos el postre. En la casa después de la cena solo estuvimos una hora más, aunque hubiera sido mejor marcharnos nada más terminarla porque el ambiente estaba muy tenso. Antes de marcharnos me despedí de mis abuelos, a la abuela le tuve que prometer que me comportaría durante los días que faltaban para que volviera a estar con ellos. El viaje de regreso a casa fue lo peor, las caras de mi padre dejaban muy claro que no le había hecho ninguna gracia lo que había pasado.
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Faltaban dos semanas para que empezara mi vida como alumno de Hogwarts, el material y todo lo que necesitaba lo tenía desde hacía un par de días que fue cuando mi padre decidió ir a comprar en el callejón Diagon porque Rachel había tenido que ir a visitar a un familiar suyo y le había pedido a mi padre que no fuera porque hubiera tenido que ir con ellos y su familia no podía saber que el hombre con el que vivía tenía un hijo. Así que fue un día solo para los dos o mejor dicho un adecuado día para hacer las compras en una calle de magos, no solíamos ir a esos lugares con Rachel por mucho que el vecindario si fuera uno de esos lugares.
Esa mañana para mi desgracia me encontraba en casa solo con Rachel, mi padre no se encontraba porque estaría trabajando o al menos sabía que tenía que ir al trabajo para un asunto. Mientras me estaba vistiendo, pues no me gustaba andar con pijama por la casa además si quería salir al patio era mejor estar vestido de calle, oí como Rachel me llamaba resople, termine de vestirme y baje a la cocina que era donde se encontraba la muggle.
-¿Para qué me has llamado? Creía que mi desayuno era cosa mía-le solté nada mas entre al lugar.
-Veras Damon, esto debería decírtelo tu padre, pero…-ella se detuvo un momento, parecía que se estaba pensando cómo seguir, podría haberla interrumpido pero decidí esperar a ver que decía-le ha sido un poco imposible porque tiene que atender el asunto en cuestión hoy mismo a parte de que… mañana mismo es…
Que estuviera dudando tanto para decirme algo me mosqueo muchísimo con lo que la mire con enojo para ver si terminaba, pero ni con esas seguía parecía que no sabía cómo seguir con lo que se supusiera que me tenía que decir.
-¡Mañana qué!-le grite porque me estaba desesperando-Vamos dímelo que se supone que sucede mañana.
Me miro con perplejidad por mi reacción, pero no sé porque se ponía de esa forma no era la primera vez que actuaba de esa forma con ella. Pasaron unos minutos o eso es lo que me pareció hasta que se decidió a continuar con lo que se suponía que me iba a decir.
-Mañana nos trasladamos a la nueva casa. Tu padre y yo lo decidimos hará un mes lo de irnos a vivir a un pueblo no mágico porque encontró un trabajo en el mismo pueblo a donde vamos a ir a vivir que le llamo mucho la atención y se presento a la entrevista y le aceptaron. Empezara a trabajar el mismo 1 de septiembre, por lo que ha ido hoy a avisar a su trabajo mágico de que lo deja-me explico mientras sonreía, oír eso me sentó fatal hacia un mes que habían decidido eso y no me lo habían consultado.
Estuve por contestarle, pero en vez de eso salí corriendo de casa y me puse rumbo a casa de mis abuelos. Vivían en el mismo pueblo aunque en la otra punta, no me importo recorrerme todas las calles corriendo lo único que quería era llegar a su casa y quedarme en esta a vivir. Jamás aceptaría irme a vivir a un pueblo muggle, era un mago e iba hacer la mida que me correspondía le gustara o no a mi padre.
Cuando llegue a la entrada de la casa de mis abuelos me encontraba sin aliento, haber corrido tanto me había cansado pero aun no podía quedarme del todo parado pues aun no estaba a salvo de los planes de Rachel y mi padre. Así que hice un último esprín hasta la puerta y llame.
-¡Damon! ¿Se puede saber que haces aquí?-me pregunto mi abuela toda extrañada cuando abrió la puerta, momento en el que aproveche para entrar rápidamente-Pero que te ha pasado que estas tan agitado y sudoroso-me agarro de los hombro y me obligo a que la mirara a la cara.
-No quiero regresar a casa-la mire a los ojos, aun estaba enfadado y sabía que mi abuela notaría mi enojo-Han decidió marcharse a un pueblo muggle sin consultármelo, mi padre ha dejado su trabajo por otro. ¡No quiero ir a vivir a ningún lugar muggle!-termine gritando con desesperación.
Mi abuela me miro con pena, pues ella sabía igual que mi padre que ese lugar no me iba a sentar bien, pero claro la muggle tenía que ir porque llevaba varios meses que no veía a su familia y los extrañaba. No por eso tenían derecho a obligarme a ello estaban mis abuelos ellos podían encargarse de mí y si llegara el momento de que no estuvieran me las apañaría como fuera, pero había decidido que no iría y nadie me haría cambiar de idea respecto a eso.
-Damon, creo que no estás siendo del todo gusto con tu padre, tienes que pensar que a él toda esta situación le es difícil no le es nada fácil tener que encargarse de ti y a la vez estar bien con su pareja-explico con calma-Y sabes que no le puedes hacer elegir, porque a ambos os quiere mucho.
Me solté del agarre de mi abuela y me dirigí al salón donde me senté en una de las butacas aun con cara de enfada. Lo último que había dicho la abuela era mentira, sabía perfectamente que no le gustaba a mi padre que se había hecho cargo de mí porque no había otra opción y que mi existencia era una de las causas y la más importante de que no hubiera tenido hijos con Rachel. Si al menos mi madre me hubiera llevado con ella, pero no le hubiera sido fácil salir adelante con un hijo de menos de un año y esperando otro, suspire.
-Abuela, ¿no podría quedarme a vivir aquí con el abuelo y contigo?-le pregunté mirándola con suplica-No daría muchos problemas ahora que empiezo en Hogwarts pasaría mucho más tiempo allí que aquí, además de que en verano podría ayudar al abuelo y…-me detuve al ver la cara que ponía, nunca se la había visto y estaba claro que mis palabras le habían recordado algo.
La abuela se me acerco muy lenta mente, parecía como que durante el trayecto hasta donde me encontraba estuviera meditando las palabras que me iba a decir con lo que supuse que lo que iba a venir no podía ser del todo bueno, pues después de todo mis abuelos se llevaban más o menos bien con mi padre, aunque no siguiera viviendo con su hija. Cuando estuvo sentada a mi lado me puso una mano encima de la rodilla.
-Por nosotros sabes que te puedes quedar y que no serás ninguna molestia, pero estas a cargo de tu padre y debes ir con él a la nueva casa.
-Si le dijerais que os vais hacer cargo de mi y que no le molestarías para nada seguro que aceptaría-le dije con seriedad-Porque sé que para él solo soy una molestia. Por mucho que me digas que me quiere no es verdad y lo sé porque le oí un día hablando con Rachel de que si no estuviera su vida sería mucho más fácil.
Cuando termine de decir eso la abuela se levanto inmediatamente llamando a mi abuelo que no tardo mucho en aparecer, vi como se ponían hablar con lo que supuse que la abuela le estaba contando a él sobre lo que había pasado pues mi abuelo frunció el deño y le dijo un par de cosas a la abuela, antes de marcharse de la casa. Ella se fue a la cocina a preparar algo para comer, al oler la comida me acorde de que aun no había comido ese día, pero no tarde mucho en comer pues la abuela me trajo un desayuno abundante mientras me decía que no me preocupara que todo se iba a solucionar.
A la hora de la comida llamaron a la puerta, quien fue a atender fue mi abuelo que hacía como media hora que había llegado. No supe quien era el visitante hasta que oí los gritos, era mi padre que estaba discutiendo con mi abuelo, supuse que tendría que regresar con lo que decido comer más lentamente porque no tenía pensado irme al menos hasta que terminara de comer. Entonces me extrañe un poco pues los grito dejaron de oírse aunque se podía apreciar que aun estaban conversando. Veinte minutos más tarde se oyó la puerta y el abuelo regreso al comedor.
-Desde hoy estas a cargo nuestro y no tendrás que ver más a tu padre a no ser que sea por decisión tuya-me dijo muy seriamente cuando se sentó en la mesa.
Sonreí al oír esas palabras y le agradecí con la mirada lo que había hecho, ahora lo único que me unía a ese hombre era mi apellido y la sangre, pero no me importaba porque la sangre hacía que fuera lo que era y no era el único Agger que había en la faz de la tierra. Y sabía que en un futuro no muy lejano podría conocer a otro.