-Suerte, suerte lo que se dice suerte... cuando tienes un hermano pequeño llegas a comprender por qué tus hermanos mayores a veces acaban asqueados de ti, sobre todo si sólo os lleváis cuatro o cinco años.
La mire con extrañeza cuando me soltó ese comentario, pues ninguna de las dos situaciones las había vivido debido a que no tenía ningún hermano pequeño y con mi hermano mayor solo me llevaba un año. Además de que habíamos crecido separados y no sabía lo que era convivir con un hermano.
-Pues me hubiera gustado pasar por eso-solté rápidamente-No sé lo que se siente al pasar por eso, tengo un hermano y es un año mayor, pero como no vivimos juntos pues no he sabido lo que es crecer al lado de uno y convivir con él. Por eso creo que tienes suerte-dije agachando un poco la cabeza.
Respecto al tema de su hermana confirmo lo que era más evidente, que era una squib, si no ibas a estudiar a un colegio de magos estaba claro que es porque no lo eras. También menciono que había estudiado en un colegio muggle hasta los 11 años y que tuvo que dejar todo lo que tenía ahí. No entendí muy bien porque decía eso, estaba claro que el colegio se tenía que dejar porque cambiabas a otro, pero eso en el propio mundo muggle pasaba, pero dejar los amigos me parecía algo un poco cruel, es que acaso no podía mantener el contacto con ellos aparte de verlos en verano.
-¿No te relacionas con los amigos que hiciste en el colegio muggle al que ibas?-le pregunté mirándolo fijamente-Se lo que es tener que dejar el colegio, pero los amigos no podría. Mi mejor amiga es muggle y el mismo día que tenía que venir por primera vez a Hogwarts fue a la estación de tren a despedirse de mí, además nos carteamos muy seguido y en verano pasamos mucho tiempo juntas-expliqué intentando dar a entender que los amigos se podían mantener aun yendo a colegios diferentes.
-Bueno ‘problemas’, seguro que tu madre no va diciendo ‘Por Merlín’ o ‘Por Morgana’ con muggles-negué con la cabeza, mi madre pocas veces hacía comentarios referentes al mundo mágico– mi padre lleva años oyéndolo, así que ya se ha acostumbrado... Además no es que en mi casa vivamos de forma mágica o de forma muggle. Mi madre trabaja en el Ministerio de Magia y mi padre es abogado, cada uno trabaja en su mundo. Al igual que mi madre jamás entenderá que tiene de entretenido la Formula 1 mi padre jamás entenderá el Quidditch y llevan más de 18 años juntos, es cuestión de adaptarse, sino lo hiciera mi padre se habría vuelto loco cuando uno de sus hijos inunda la casa y el otro prende fuego a las cortinas.
Me quede pensativa cuando oí ese comentario, pues no sabía muy bien cómo responderle. Entendía perfectamente a que se refería, pero la cosa era como encontrar las palabras adecuadas para hablar.
-Se que tanto para un mago como para un muggle adaptarse a lo otro es difícil, pero con fuerza de voluntad se puede conseguir. Además no a todos los muggles les gusta la formula 1 igual que no a todos los magos les gusta el Quidditch, cada uno tiene sus gustos y no por eso todos tienen que coincidir en ellos. Respecto a lo de los hijos, creo que hasta eso le debe de pasar a los magos pues no creo que sea muy divertido que tu hijo inunde o prenda fuego a una parte de la casa por mucho que seas mago-comenté-¡Tu padre es abogado! Mi madre también trabaja de abogada en Londres y sé que es en una de las mejores agencias de abogados, pero no recuerdo el nombre-dije quedándome pensativa-¿Vives en Londres o eres de otro lugar? Te lo pregunto porque en mi caso vivo en Londres, pero naci en un pueblecito de Escocia y estuve viviendo allí hasta que tuve seis años y medio.
La mire con extrañeza cuando me soltó ese comentario, pues ninguna de las dos situaciones las había vivido debido a que no tenía ningún hermano pequeño y con mi hermano mayor solo me llevaba un año. Además de que habíamos crecido separados y no sabía lo que era convivir con un hermano.
-Pues me hubiera gustado pasar por eso-solté rápidamente-No sé lo que se siente al pasar por eso, tengo un hermano y es un año mayor, pero como no vivimos juntos pues no he sabido lo que es crecer al lado de uno y convivir con él. Por eso creo que tienes suerte-dije agachando un poco la cabeza.
Respecto al tema de su hermana confirmo lo que era más evidente, que era una squib, si no ibas a estudiar a un colegio de magos estaba claro que es porque no lo eras. También menciono que había estudiado en un colegio muggle hasta los 11 años y que tuvo que dejar todo lo que tenía ahí. No entendí muy bien porque decía eso, estaba claro que el colegio se tenía que dejar porque cambiabas a otro, pero eso en el propio mundo muggle pasaba, pero dejar los amigos me parecía algo un poco cruel, es que acaso no podía mantener el contacto con ellos aparte de verlos en verano.
-¿No te relacionas con los amigos que hiciste en el colegio muggle al que ibas?-le pregunté mirándolo fijamente-Se lo que es tener que dejar el colegio, pero los amigos no podría. Mi mejor amiga es muggle y el mismo día que tenía que venir por primera vez a Hogwarts fue a la estación de tren a despedirse de mí, además nos carteamos muy seguido y en verano pasamos mucho tiempo juntas-expliqué intentando dar a entender que los amigos se podían mantener aun yendo a colegios diferentes.
-Bueno ‘problemas’, seguro que tu madre no va diciendo ‘Por Merlín’ o ‘Por Morgana’ con muggles-negué con la cabeza, mi madre pocas veces hacía comentarios referentes al mundo mágico– mi padre lleva años oyéndolo, así que ya se ha acostumbrado... Además no es que en mi casa vivamos de forma mágica o de forma muggle. Mi madre trabaja en el Ministerio de Magia y mi padre es abogado, cada uno trabaja en su mundo. Al igual que mi madre jamás entenderá que tiene de entretenido la Formula 1 mi padre jamás entenderá el Quidditch y llevan más de 18 años juntos, es cuestión de adaptarse, sino lo hiciera mi padre se habría vuelto loco cuando uno de sus hijos inunda la casa y el otro prende fuego a las cortinas.
Me quede pensativa cuando oí ese comentario, pues no sabía muy bien cómo responderle. Entendía perfectamente a que se refería, pero la cosa era como encontrar las palabras adecuadas para hablar.
-Se que tanto para un mago como para un muggle adaptarse a lo otro es difícil, pero con fuerza de voluntad se puede conseguir. Además no a todos los muggles les gusta la formula 1 igual que no a todos los magos les gusta el Quidditch, cada uno tiene sus gustos y no por eso todos tienen que coincidir en ellos. Respecto a lo de los hijos, creo que hasta eso le debe de pasar a los magos pues no creo que sea muy divertido que tu hijo inunde o prenda fuego a una parte de la casa por mucho que seas mago-comenté-¡Tu padre es abogado! Mi madre también trabaja de abogada en Londres y sé que es en una de las mejores agencias de abogados, pero no recuerdo el nombre-dije quedándome pensativa-¿Vives en Londres o eres de otro lugar? Te lo pregunto porque en mi caso vivo en Londres, pero naci en un pueblecito de Escocia y estuve viviendo allí hasta que tuve seis años y medio.